Los pioneros en cicloturismo
En el Hotel Mónica de Cambrils, muy cerca del paseo marítimo, en el centro comercial del puerto, hay un saber hacer pionero en el servicio al cicloturismo. Son cincuenta años de historia de la familia Massagué vinculada a este negocio familiar que un día, hace tiempo, tuvo el acierto de acoger a esos ciclistas que querían conocer algo más que su zona próxima y de confort.
Cambrils, hubcicloturista de la Costa Daurada, con todo cerca, contó con un aliado en el Hotel Mónica para atraer a un colectivo que pedía salir y conocer mundo en su bicicleta. Hablamos de uno de los hoteles con más experiencia del municipio, con recorrido y visión histórica suficientes para aprender de aquellos primeros ciclistas que venían atraídos por los atractivos de la zona.
Mónica Massagué es su actual directora, lleva desde muy joven vinculada al hotel: “Empecé con 17 años, siempre aprendiendo del oficio sobre la marcha. Desde un inicio salí mucho fuera, potencié un tema tan importante como los idiomas y hoy veo que no estaba equivocada”
Al principio, recibía las reservas por carta, nada que ver con la inmediatez actual, pero ya entonces adivinaba tendencias que dibujarían la oferta actual que Cambrils tiene para los turistas deportivos y en especial los ciclistas: “Cada año enviábamos la felicitación de Navidad por carta junto a las tarifas del año siguiente. Poco a poco empezamos a recibir una cantidad importante de estancias de dos semanas de franceses”.
Poco a poco el hotel creció en popularidad entre ciertos grupos de ciclistas. “En los noventa indagamos qué buscaba el ciclista. Con nosotros trabajó muy bien el exciclista Raimund Dietzen quien nos dio las claves para tener contento a este tipo de cliente. Aprendimos a colgarles las bicicletas, a mantenérselas guardadas y seguras, y nos percatamos también de la importancia de tener cierta alimentación para ellos”.
¿Qué espera el cliente cicloturista de un hotel?
Cosas que hoy se tienen por la mano, se experimentaron en el Hotel Mónica de Cambrils hace treinta años. Luego vino el desembarco comercial: “Con todo más o menos en marcha, hicimos un mailing masivo a diferentes entidades de ciclismo en Francia, un país con una estructura ciclista muy desarrollada, hasta con una federación de cicloturismo” comenta Mónica.
En Mallorca aprendieron a personalizar el producto y el servicio a los ciclistas. “Realizamos un esquema de qué necesita esta gente -concreta Mónica-. Adaptamos los horarios de las comidas, contamos con un tipo de agua para ellos, frutas específicas para sus salidas… hoy tenemos ciclistas que son clientes y vienen a Cambrils desde hace mas 20 años”.
El cliente ciclista del Hotel Mónica de Cambrils es un cliente fiel, que repite, hecho al municipio, que acostumbra a reservar en media pensión, que le gusta cenar con los suyos para hablar del día y planificar la salida del día siguiente. Es en definitiva un cliente “poco complicado, que viene a estar relajado en los momentos que no va en bicicleta y disfrutar de los espacios del Hotel”.
Y así el hotel se llena en épocas menos calurosas, fuera de la temporada estival, los meses de abril, mayo, septiembre y octubre, de finos ciclistas, depilados y bien uniformados, venidos de Francia, principalmente, pero también de Bélgica y hasta de Canadá. “Somos un destino asequible para ellos y tenemos todo lo que buscan” completa Mónica, tan hecha a estar entre ciclistas, incluso profesionales que han venido a hacer sus stages o a dormir en etapas de la Volta a Catalunya o la Vuelta a España.